CARTA 13
(Recibida) Ayacucho, agosto 14/81
Somos agosto 4. Ninguna de usted tengo a la vista para contestar. De acuerdo con el señor Arenas escribí a Chile una larga carta, exponiendo la verdadera situación del Perú, y acabo de recibir la siguiente contestación, que íntegra copio a usted: “Mi estimado amigo. Oportunamente recibí la interesante carta que usted ha tenido la amabilidad de escribirme con fecha 25 del mes pasado; y ella me ha sido muy grata por venir de un antiguo y sincero amigo. No hay en Chile una sola persona que no haya lamentado la desgraciada guerra que existe con el Perú y Bolivia, y que no desee que tenga el más próximo término. Han llegado sin embargo los sucesos a un extremo tal que no depende de nosotros el ajustar la paz. Usted se empeña en demostrarme la ninguna fuerza moral que tendrían los arreglos que hagamos con el gobierno del doctor García Calderón y con el congreso ordinario que él ha convocado. Ello puede ser muy cierto, pero y ¿cómo nos entenderemos con el señor don Piérola? Los actos de un dictador, no tienen por general, consistencia en ningún país, y tanto más en el caso presente, cuanto, según el manifiesto de mi amigo el señor don Químper, Piérola ha gastado en un año de dictadura la enorme suma de Lbs. 380,494.203 de que tendrá que dar cuenta estrecha. Nosotros habiendo tenido que hacer dobles gastos para llevar una guerra colosal fuera de nuestro territorio, sólo hemos gastado 50.000.000 pesos en papel. Pero el principal inconveniente que hay para entendemos con Piérola consiste en que este no quiere admitir las consecuencias de la guerra, ni quiere hablar de paz. Prueba de ello es lo que sucede actualmente en Arequipa. Estamos, amigo mío, en un callejón sin salida. Nuestra ocupación tiene que prolongarse a costa de ustedes, mientras no encontremos un gobierno serio con quien ajustar una paz sólida y duradera. Cree usted que ese gobierno no es el del doctor García Calderón, pero tampoco el del doctor Piérola se presta a ello, porque proclama a todos los vientos la guerra santa y eterna. ¿Qué hacer? Esta situación es insostenible, y es preciso que los peruanos patriotas como usted, busquen los medios de proporcionarnos con quien tratar bajo las bases que fluyen naturalmente de la situación respectiva de ambos países. He hablado a usted con la franqueza propia de nuestra amistad. Si con ello he podido mortificar las susceptibilidades de su patriotismo, le pido mil perdones, y le suplico que cuente siempre con su antiguo y verdadero amigo”.
Alejandro Reyes que es actualmente presidente del senado de Chile.
Aquí como ya sabrá usted nada se hace pues la ley del congreso para que se haga la paz con Chile con arreglo a la constitución es una farsa. Manuel María Valle y Torero fueron en comisión a ver a García Calderón para que presentara al congreso una propuesta haciendo general a César Canevaro. Calderón se negó y entonces tuvo Valle el descomedimiento de decir que sin propuesta lo haría general el congreso. A consecuencia se ha publicado en El Orden un editorial atribuido al mismo Calderón, en que se hace ver lo inoportuno de tal medida, cuando el congreso sólo debía ocuparse de la vital cuestión de guerra o paz con Chile. Ese editorial entiendo que ha silenciado las pretensiones de Canevaro.
SIRIUS.
El señor Arenas ha perdido a su hija Carmen de 20 años, y además tiene muy enfermos a dos de sus hijos: a pesar de tantas aflicciones ha cumplido todos sus encargos, y escribirá a usted largamente.
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